El ajuste de precios ha provocado que en diversas localidades puedas adquirir una vivienda por un importe menor de 50.000€. Son muchas las entidades que no conceden préstamos hipotecarios en importes menores a esta cantidad.
Al comprar un inmueble de estos importes, es frecuente que el cliente se plantee solicitar un préstamo personal en vez de un préstamo hipotecario. Es importante analizar los costes que tendremos con uno u otro préstamo.
La solicitud y tramitación de un préstamo personal es muy sencilla y rápida. Muchas entidades permiten realizar la solicitud incluso desde sus APP móviles y dependiendo del importe ni siquiera es necesario firmarlo en notaría. En el caso del préstamo hipotecario, la tramitación es mucho más larga y tenemos unos costes fijos como son la tasación, la notaria, el Registro de la Propiedad y el impuesto de actos jurídicos documentados (AJD).

El estudio más importante que debemos realizar es el del tipo de interés. Indudablemente, el tipo de interés que se paga en un préstamo hipotecario es inferior a un préstamo personal. Actualmente con el Euribor en negativo y la oferta de tipos de interés fijo, la opción de pedir un préstamo personal se muestra muy atractiva.

Los gastos fijos de un préstamo hipotecario en relación con los gastos de un préstamo personal pueden ser el triple. En cualquier caso, en función de la operación, se debe hacer un estudio para considerar si el mayor interés que pagamos en los préstamos personales compensa lo que nos ahorramos en gastos de formalización con una hipoteca y lo más importante la capacidad de pagar una cuota mensual más alta.